Propiedad Intelectual

El cliente, bien sea el autor, el intérprete, la entidad de gestión colectiva, el productor, editor o cualquiera de las figuras que conforman este amplio sector del Derecho, pueden contar con con la adecuada asistencia en las negociaciones para formalizar las relaciones jurídicas que se dan en el mundo de la cultura y el entretenimiento.

En nuestro quehacer cotidiano nos encontramos sin ser conscientes muchas veces ante situaciones que encajan en el amplio concepto de la Propiedad Intelectual. Desde difundir o compartir contenido fotográfico, la descarga de música, películas o series, pasando por la compra de un ebook o las dudas generadas por el límite legal de la copia privada y su compensación equitativa,  la protección de los derechos de propiedad intelectual es un tema recurrente, especialmente desde que Internet se democratizó y resultaba sencillo acceder al diverso contenido existente en la red, no siempre de forma legal o legítima.

Estas circunstancias cotidianas han forzado a la adaptación continua de la legislación o la interpretación de la misma en esta materia adaptándose a la nueva realidad en la que nos movemos. El artículo 10 del Real Decreto Legislativo que aprobó el Texto Refundido de la ley de propiedad intelectual deja abierto el concepto de obra a todas las creaciones originales artísticas, literarias o científicas, sea en soporte tangible o intangible, existentes o que puedan existir en un futuro. De esta forma, quedan incluidos los nuevos formatos digitales, contenido online, pero también las innumerables bases de datos, las recopilaciones o colecciones de obras, o las innumerables creaciones multimedia existentes en la actualidad.

Las obras, que bajo el amparo de la la Ley de Propiedad Intelectual son merecedoras de protección, generan derechos desde su creación, sin necesidad de contar con un registro. No obstante, en España sí que existe el Registro de la Propiedad Intelectual, órgano que es responsabilidad actualmente del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, funcionando como garante de una determinada fecha de depósito en caso de que no haya prueba de creación anterior.

En primer lugar, el autor de una obra, por el hecho de ser su creador, cuenta con unos derechos morales, que son irrenunciables e inalienables, además de perpetuos. El autor tiene el derecho de decidir si quiere divulgar su obra y en qué condiciones hacerlo, además de exigir que se reconozca su autoría y garantizar la total integridad de la obra.

Estos derechos morales son compatibles con los conocidos como derechos de explotación o derechos patrimoniales. Todo autor tiene el derecho a vivir de su obra por lo que su puesta en el mercado para la comercialización de la obra como producto puede implicar la necesidad de contar con terceros que le ayuden en su objetivo (productores, editores, entidades de gestión colectiva). Es por ello que el autor puede ceder parte de sus derechos económicos para la correcta y amplia explotación de su creación: derechos de reproducción, distribución, comunicación pública y, también, su transformación.

Abril Abogados ofrece un servicio de asesoramiento jurídico sobre Propiedad Intelectual y derechos de autor, tanto desde la perspectiva del autor: obras individuales, obras en colaboración y obras compuestas como desde la perspectiva de los agentes intervinientes en la explotación económica de la misma. Adicionalmente, le ayudamos a proteger su obra si desea el registro de la misma o a detectar y actuar ante la infracción de derechos sobre ella.