Las falsificaciones siguen siendo un peligro para la salud, la seguridad, la economía y el medioambiente.
Efectivamente, el último informe conjunto de la EUIPO y EUROPOL, destaca la magnitud y el impacto de los delitos de falsificación y piratería en Europa. Estas actividades no solo representan una amenaza para los derechos de IP, sino que también ponen en riesgo la salud y seguridad de los consumidores, el medio ambiente y la economía. Cada año se incautan en la UE bienes valorados en miles de millones de euros, resultado de un mercado ilícito que atrae principalmente por sus bajos precios, pero principalmente debido al desconocimiento generalizado del alcance de esta contribución a la ciberdelincuencia, el blanqueo de capitales o la criminalidad ambiental, y que implica un coste social y económico, así como unos riesgos, muy elevados.
Para fomentar una economía competitiva y el desarrollo de la innovación, es esencial la protección de la IP, que abarca productos tan diversos como alimentos, medicamentos, soluciones tecnológicas, cosméticos, herramientas quirúrgicas, películas y obras literarias, resultado de un esfuerzo considerable que merece ser, y así es, amparado por la ley. Sin embargo, con el avance de la digitalización, las redes criminales han aprovechado técnicas cada vez más sofisticadas para perfeccionar las falsificaciones, dificultando su detección y utilizando nuevas plataformas, como el comercio electrónico y las redes sociales, a menudo con la intención adicional de captar datos personales y financieros de los consumidores.
Así, el informe subraya la importancia de las campañas de concienciación, educación y sensibilización para combatir la proliferación de falsificaciones. También destaca la necesidad de monitoreo constante y cooperación internacional, enfatizando que la detección, prevención y persecución de estos delitos requiere la colaboración de la industria, las autoridades y los consumidores. Europol y EUIPO se mantienen activos en esta lucha, brindando apoyo a las fuerzas de seguridad y reiterando que la colaboración entre todos los sectores es fundamental para enfrentar esta amenaza.
En este sentido, se exponen diversos casos que ilustran la gravedad que implican estas actividades para la salud, la seguridad, la economía y el medio ambiente, entre tantos factores:
- Influencers y venta de sustancias ilícitas, desmantelándose una red que promocionaba productos farmacéuticos y esteroides ilegales en redes sociales, que se distribuían en gimnasios de Rumanía.
- Explotación laboral en la producción de falsificaciones, desmantelando la policía italiana una fábrica clandestina de ropa falsificada con siete trabajadores sobre explotados y expuestos a riesgos laborales.
- Uso de pesticidas ilegales en zonas protegidas en España, donde se detectaron importaciones de pesticidas tóxicos prohibidos en la UE desde 2020, con el consiguiente riesgo ambiental.
- Piratería digital en Irlanda, donde una red de streaming ilegal ofrecía contenido audiovisual pirata.
- Adulteración de aceite de oliva, que se adulteraba con aceite “lampante” (aceite de baja calidad destinado a usos industriales).
Finalmente, el informe concluye llamando a mantenerse firme contra la piratería y seguir fomentando las medidas de defensa tanto de los titulares de los derecho de IP, como de los consumidores.
Cristina Abajo
ABRIL Abogados