¿IP vs IA?: The New York Times ataca a Perplexity

Recientemente el tabloide The New York Times ha acusado a la startup de inteligencia artificial 💻Perplexity (que presenta vínculos con el Sr. Bezos) de infracción de derechos de autor (copyright), requiriéndola para que cese (y desista) ⛔en el uso de sus contenidos sin autorización.

El conflicto 🤜🤛surge porque Perplexity presuntamente extrae información de las noticias que publica el NYT. Mientras que la startup niega haber usado dicho contenido para entrenar su modelo de IA y afirma que solo indexa páginas web.

Anteriormente, The New York Times ya hizo lo mismo al reclamar a Open AI (Chat Gpt) y Microsoft😥, a las que finalmente acabó demandando en 2023, encontrándose el asunto pendiente a la fecha🤞.

🤔¿Podría acogerse Perplexity a la doctrina del fair use y alegar que su conducta es necesaria para el desarrollo/entrenamiento de su IA y que con ello contribuye al desarrollo tecnológico? Aparentemente estas IA no tienen ánimo de lucro, pero sin embargo luego uno observa que están valoradas en miles de millones de euros🤑. ¿Hubiera alcanzado esa valoración la AI sin “formarse” a base, presuntamente, de contenidos de terceros?

Perplexity deberá responder a la reclamación de The New York Times a finales de octubre. No obstante, no sería la primera vez que Perplexity alcanza un acuerdo 🤝con un editor para solucionar disputas como la que ahora le enfrenta con the Gray Lady. 🛫

El uso, presuntamente, de contenidos protegidos, las creaciones digamos “asistidas por IA” (una patente o un diseño desarrollado con IA, por ejemplo), es algo cada vez más habitual y contar con un asesoramiento experto es más necesario que nunca.

Siempre es difícil hallar un punto de equilibrio justo para todas las partes, pues de un lado está el legítimo derecho de los titulares de derechos de IP a proteger adecuadamente sus inversiones, lo que nos aseguraría poder seguir disfrutando de contenidos (especialmente de calidad). Y, de otro, está la conveniencia (¿necesidad? de evitar conductas que frenen la evolución tecnológica. Lo que desde luego es evidente es que el desarrollo de la IA y el del ordenamiento jurídico van totalmente desacompasados, poniendo  la primera a prueba a la segunda constantemente. Ello hace que vayamos a conocer asuntos muy interesantes desde el punto de vista técnico-jurídico, que harán que tengamos que estrujarnos las neuronas. O, si se prefiere, preguntar por una solución a alguna AI. ¿Sería neutral? 😉

Fernando Ortega

Abogado