En 1961 y tras el anuncio del presidente Kennedy ante la nación, la Nasa comenzó su programa Apolo de exploración de la Luna. El programa Apolo llevó al primer hombre alrededor de la luna en 1968 (Apolo 8) y en 1969 (Apolo 11) se produjo el primer alunizaje. En 1972 (Apolo 17) el programa fue clausurado principalmente por su elevado coste.
Sin embargo parece que la Nasa ha descubierto una forma más barata de regresar a la luna aprovechando la inercia rotacional de la Tierra y evitando el derroche de combustible que suponía vencer la gravedad en las anteriores misiones. La idea subyacente es catapultar el módulo hacia el influjo de la órbita lunar para que la gravedad acabe haciendo el resto hasta el alunizaje.
La invención, registrada ya como patente estadounidense (US 10,696,423 B1) Método de transferencia de una nave espacial de la órbita geosíncrona de transferencia a la órbita lunar) consta de 9 reivindicaciones de procedimiento y viene motivada por la necesidad de que la misión DARE (explorador de radio de la edad oscura) acceda a la cara oculta de la luna donde la ausencia de radiación solar y la emitida por la propia Tierra, permite una mejor observación del principio del Universo.
Por el momento, el uso de esta tecnología está previsto para módulos de exploración muy pequeños y sin tripulación.