Neurodatos, Neurotecnología, Neuroderechos de cómo el tamaño de la amígdala revela nuestra orientación política

No son conceptos nuevos. No son técnicas de interpretación nuevas. Pero siguen pareciendo cosas de un futuro que no va con nosotros… pesadillas distópicas. Sin embargo, ya están aquí hace mucho tiempo, si asumimos que mucho tiempo es un quinquenio o un poco más.

Si empezamos por lo último, esta semana pasada se reveló un estudio en la revista CELL que desvelaba que la orientación política (ser de izquierdas o de derechas) venía influenciado, entre otras cosas, por el tamaño de la amígdala de nuestro cerebro. Lo primero que se nos viene a la mente es: “bueno, mientras no me abran la cabeza mantengo la privacidad de mi ideología…” sin pensar que una resonancia magnética también puede revelarlos y que detrás de ello puede haber intereses oscuros interesados en conocer el tamaño de nuestra amígdala. Donde hay un interés en comprar, hay un vendedor dispuesto.

Si todas estas interactuaciones e interpretaciones del cerebro y el sistema nervioso y las técnicas médicas que se aplican para ello se quedaran en el plano clínico como ha estado sucediendo desde hace décadas, no pasaría de ser aplaudido por el avance que supone en nuestra calidad de vida.

Ahora bien, lo que empieza a preocupar a la ciudadanía sensibilizada con su privacidad y a las autoridades de protección de datos, es la utilización de técnicas de neurotecnología aplicada al marketing o a la manipulación de la actividad cerebral para empujarnos a la toma de decisiones, desde las más banales como la compra de un pijama o la elección de un viaje (ya no es ciencia ficción la medición de reacciones del cerebro humano ante determinados anuncios publicitarios) hasta otras más complejas como decidir entre Trump o Harris.

La Agencia Española de Protección de Datos, junto al Supervisor Europeo de Protección de Datos (EDPS) publicaron en junio un informe conjunto que analiza los retos que suponen la utilización de los neurodatos y que estos respeten los principios de privacidad de obligado cumplimiento. Este informe analiza casos verdaderamente interesantes como la aplicación en entornos educativos o en el de los videojuegos.

Si además de ello, ahora añadimos datos especialmente protegidos como son la orientación política, no es de extrañar que haya un clamor por definir y regular los llamados neuroderechos.

Salvador Díaz

Abogado